Entrevistas

Entrevista a dos fotógrafos profesionales

Sergio Belinchón

“Uno de los fotógrafos mas joven de Inglaterra ”

¿Fotografiar es apropiarse de lo fotografiado?

De alguna forma sí porque estas capturando una interpretación tuya de una persona, evento o paisaje. Fotografiar es un acto personal, intimo y que se hace a partir de tus ideales, creencias, referencias y ambiciones estéticas, nunca es un evento aislado e imparcial. Siempre hay algo que decides tomar, como cuando haces encuadres en cine. Godard decía que cada elección de encuadre es un debate filosófico y creo que todo acto de documentación tiene que ver con quien eres como artista y como persona.

¿Cuál es el secreto detrás de un buen retrato?

La luz; creo que la luz es la que dicta la razón por la que un retrato puede ser inolvidable. La cámara y técnica en mi caso trabajan para la luz y el tipo de luz que quiero usar. Eso hablando de la parte técnica, si hablamos del personaje, creo que tiene mucho que ver con momentos, espacios donde puedas capturar lo que el personaje te quiera dar es algo que creas junto con el retratado o retratada. Una vez retraté al bajista de una banda que se llama The Black Lips y en plena sesión tomó un gran trago de una cerveza y la escupió al aire. La foto quedó increíble y me dijo: Great, we made this together! Y nunca olvidé esa lección, el retrato se hace de forma compartida.

¿Cada cuándo dispara la cámara Sergio Belinchón?

Cada que puedo y que logramos tener sesiones que me motiven, pero en tiempo real, son normalmente de tres a cuatro sesiones al mes. Las cámaras son máquinas que cifran fantasías y crean adicción. ¿Cuál ha sido tu favorita? Mi adicción favorita con las cámaras es definitivamente buscar las imágenes que previamente imaginé, aluciné o soñé. No siempre lo logro, pero cuando sucede, es una adrenalina que no se puede definir y pues te vuelves adicto a seguir buscando y experimentando.

¿Cuál es la experiencia de retratar a Roberto Sosa para tu exposición titulada ‘Rostros del Cine Mexicano Contemporáneo’?

Fue una experiencia maravillosa, es un gran actor pero antes que nada, un tipazo y un profesional. Un deleite haber tenido esa oportunidad.

¿Qué ves en tus fotografías?

Muchas cosas, depende el personaje, la locación, la luz o la técnica que quiero usar. Definitivamente veo cosas de mí en esos retratos y también veo aspectos muy reales de cada personaje. Es todo un evento emocional para mí tomar un retrato.

¿Cómo es la sensación de estar en el Mainstream de todo lo estético?

No sé si estoy en el Mainstream de lo estético, no lo creo, al contrario, si bien los personajes que he retratado son Mainstream mis retratos causan mucha controversia por mi estilo de luz y retoque. Son rostros duros, de alto contraste, múltiples o dobles exposiciones y eso los hace extremos en muchas ocasiones. Busco el error y el azar en mis retoques y cuando veo que el personaje lo amerita, lo trato de atascar de elementos que quiero experimentar pero muchas veces me rechazan por ese estilo. A veces buscan solo verse bien, sin riesgos y entonces es difícil a veces que me dejen hacer lo que quiera.

Miercoles 23 Junio · Hernandez Sanchez Nancy Paola

José Carabias

“Siendo yo mismo he podido ser miles de personas”

¿Cómo es posible que alguien que no tiene antecedentes artísticos en su familia acabe interpretando?

Bueno, es un poco raro. Empecé a estudiar el bachiller en el Instituto de San Isidro, donde se había formado un cuadro artístico dirigido por el profesor de Literatura que se llamaba don Antonio Ayora.

¿Si mal no recuerdo, tenías once años cuando empezaste como acomodador?

Sí, exacto. Me apunté porque quería que me enseñaran a tocar la armónica, pero estaban las plazas cubiertas. Entonces, un compañero me dijo que me apuntara al cuadro artístico. La verdad es que nunca había interpretado ni había pensado en ser actor, pero me apunté.

¿En la obra de Luigi Pirandello titulada El hombre, la bestia y la virtud? ¿verdad?

El padre de Manolo Collado, un compañero mío del instituto, era uno de los representantes y promotores de los teatros más importantes que había en Madrid. Un día me llamó y me dijo: “Pepito, ¿quieres hacer teatro? Pero teatro de verdad, del de mayores”. Yo, claro, le dije que sí. Acometer a mi familia, con dieciséis años, fue una locura porque, como bien dices, no había antecedentes artísticos.

¿Cuándo empiezan tus padres a ver con buenos ojos tu decisión?

Con dieciséis años había acabado el bachiller elemental y me puse a trabajar en una oficina. Cuando surgió esta oportunidad, mi padre no vio nada bien que yo fuera artista, y más en aquella época, porque se pensaba que éramos unos sinvergüenzas, unos vagos y mala gente.

¿Interpretas para ser quien no eres o para ser quien quieres ser?

No. Mira, el oficio de actor nunca te lo debes de creer. Hay gente que, por ejemplo, se convierte en jardinero si tiene que interpretar a un jardinero. Y no, no. No, porque si se tiene que hacer de asesino, ¿se tiene que asesinar? Conocí la anécdoEntrevista [DNG] Photo Magazine 31 ta de un tipo que tenía que hacer unas prácticas para tener miedo y lo que hizo fue irse a pasar la noche al Parque del Retiro para tener miedo al día siguiente.

Muchos niños y jóvenes te reconocían por ser la voz de Benji PrIce

Y siguen llamándome Benji Price por la calle todos los padres que tienen cuarenta y pico años y van con sus críos. “Este señor es el que pone la voz a Benji y yo lo veía cuando tenía tu edad”, les dicen a sus hijos. Y mira que lo de señor me jode… Pero no solamente por Benji Price, sino también por haber sido el Pájaro Loco, el Pequeño Saltamontes en Kung-Fu, Hugo, Pepe Soplillo, etc.

¿Y eso por qué?

Porque, según me dijo, hay un acuerdo en Madrid que dicta que no se le puede poner una calle a nadie que esté vivo. Es un acuerdo de toda la vida. Prefiero esperar






Lunes 2 Agosto · Najera Bautista Shamehs